“¡Tengo la película de “Scream 2”! Tengo que contárselo a Limlocuras ya…” ¡Qué recuerdos y cuántas horas castigado en el pasillo por darle la vara a los profesores en clase!
Y pensaréis: Menudo abuelete este tío. Pues tampoco os equivocáis mucho. Pero vamos, ¿cuántos de vosotros habéis vivido el hype de una saga de cine y no podéis dejar de comentarlo en clase con los colegas?
En aquel momento vivíamos los estertores de un segundo milenio que se coronaría con aquella psicosis llamada “Efecto 2000”. En mi plena adolescencia una versión en miniatura de la cara visible de la Luna ocupaba mi rostro gracias al papel de las múltiples hormonas que escupían mis glándulas al torrente sanguíneo. En este contexto, las películas slasher estaban de moda y Neve Campbell con “Scream” y Jennifer Love Hewitt con “Sé lo que hicisteis el último verano” triunfaban en taquilla. Y aquí el barbas no dudó en gastarse 400 pesetacas para ir a ver cada una de las dos películas (2,50 euros más o menos de hoy en día) Por supuesto, siempre acudí para degustar la calidad cinematográfica de esos filmes por su sesudo argumento y magistrales realizaciones… Nunca por sus intérpretes… ¿no ha colado? Bueno, pues qué le vamos hacer… ?
¡Ay…! Ya me estoy liando y al final acabo donde el Señor perdió las alpargatas… A ver, el caso al que quería llegar es que al amparo de esta insulsa e irrelevante juerga de sangre y vísceras surgieron múltiples parodias que inundaron las salas de cine. De todas ellas seguro que conocéis “Scary Movie”, que tendrá como 10 secuelas, a cada cual más mala.
Y seguro que ahora pensaréis: A ver, tampoco es que me estés contando algo que sea muy original. Pelis de broma hechas para parodiar películas serias. Vale, muy bien. Y tenéis toda la razón. Esta moda de hacer películas en plan parodia no era tan original como aparentaba. No nació con mi generación a golpe de remo. Ya venía de años anteriores. El gran Charlie Sheen de “Dos Hombres y medio” había triunfado ya años antes con las desternillantes “Hot Shots”. Si no las habéis visto, estáis tardando. Mucho.
Nuestro mundillo tampoco es ajeno a reírse incluso de sí mismos. Es un síntoma de inteligencia el hacerlo. Fijaros en Woody Allen, el que dice que es lo suficientemente bajito y poco agraciado como para poder triunfar por sí mismo.
La primera muestra de un juego hecho en tono de humor llegó a mis gracias a Konami y lo disfruté en mi vetusta pero amada por siempre Super Nintendo. Mi adorado “Parodius” llenó de buen humor horas y horas de fines de semana lluviosos y escasas monedas en el bolsillo. Gracias a él comprobé la maravillosa capacidad de los programadores para hacer humor de sus propias creaciones.
Aunque había ya salido unos añitos antes por tierras europeas, el cartucho me llegó un poco tarde, cuando el “cerebro de la bestia” daba sus últimos coletazos y mi cartera todavía no contaba con los giles suficientes para una PSX. Bendita Revolución Neolítica …
Aquellas navidades, con los ahorritos de unas semanas me acerqué al lineal de consolas del hiper de cerca de mi casa y casi en el rodapié me encontré a esta joya de Konami y a su lado, el incomprendido RPG de Sony “Equinox” (¡quién lo diría!). 4000 pesetas menos y dos maravillas más a mi colección de cartuchos.
“Parodius” imitaba a su hermano “Gradius” pero desde un punto de vista, digamos, menos formal. Básicamente la mecánica del juego era la misma: un matamarcianos de desarrollo lateral. ¿Qué tenía de especial? Sustituíamos las naves espaciales por pingüinos o pulpos rosas para salvar la galaxia de enemigos tan serios como una especie de payaso/sumo gordo (no tengo claro qué era, a ver si alguno me resuelve la duda), una bailarina exótica (acrónimo PEGI 3 de lo que realmente quiero decir) o un pulpo gigante final. Ni argumento ni tampoco grandes alardes salvo reírse un rato de las situaciones absurdas que se planteaban a lo largo del juego.
Como “Parodius” también han existido muchos otros. El “Conquers bad fur Day” de N64 (RARE,2001) con la ardillita patea culetes es otro de ellos.
O si me apuráis el “Marranos en guerra” de PSX o la saga “Worms”…
Los que hayáis disfrutado de alguna de estas joyitas me comprenderéis. Y seguro que podréis darnos mil ejemplos más de juegos para pasar el rato.
¿Cuáles pensáis que merecerían una mención honorífica? Comenta tus recuerdos