Hoy tenemos entre manos el último trabajo de Kylotonn, quizás a primeras su nombre no resuena como otras desarrolladoras en nuestra cabeza, pero seguro que más de uno le suena WRC 5 o Motorcycle Club, juegos que no se colocan entre los mejores del género, pero al menos el WRC 5, se considera un notable trabajo de la compañía. La franquicia FlatOut debutaba en el lejano 2004 (parece que fue ayer), en PC, PS2 y Xbox, aquí un servidor pudo disfrutar del original en esa época, y aunque para un solo jugador era más bien mediocre, en compañía se convertía en horas de diversión, risas y “colegueo”.
Con el paso del tiempo los usuarios han colocado este título en su sitio en Steam, donde goza de excelentes críticas, tanto en el original, o su segunda parte, pero todo su “magia” se rompió en la tercera entrega, tuve la mala suerte de probarlo, y mi partida de 10 minutos se convirtió en un suplicio, tanto visualmente como jugablemente, un verdadero manual de cómo no se debe hacer un juego, mis perdones a los desarrolladores, no les echo la culpa, quizás como en todo, las prisas, el presupuesto o las herramientas disponibles no eran las adecuadas.
Kylotonn tiene una tarea al que pocos se atreverían atribuir; volver a renacer la franquicia, y antes de que leas el análisis completo, te “facilito” el resultado: lo han conseguido a medias, pero al menos, da esperanzas a la legión de jugadores amantes de este árcade de conducción salvaje y terriblemente divertido.
MEJORANDO LO PEOR
Su planteamiento, no busca ni el realismo, ni la simulación, es un arcade puro, donde prima la destrucción masiva, romper con todo y todos es nuestro objetivo principal, y cuando más brutal y espectacular sea nuestros golpes más satisfacción nos dará.
La anterior entrega, pecaba en todos los apartados, pero quizás el más grave era el control, totalmente fuera de punto, era tan catastrófico, que jugar a un FPS con volante, sería más gratificante que jugar con el periférico en este juego, con el mando, más de lo mismo… Pues bien, este punto se ha mejorado muchísimo en esta entrega, aunque aviso, no es perfecto, ni se le acerca, pero al menos es jugable, aun siguiendo con la imprecisión como “cualidad” principal, trompear o salir del trazado serán el pan de cada día en este título, derivado por su terrible motor de físicas, donde parecerá que los coches pesan menos que un patinete, si tengo que compararlo con un deporte de motor, me viene a la cabeza las mismas sensaciones que un coche de radio control a gasolina: potencia, difícil de manejar con precisión y cada bache se convierte en el saltos de gran altura. Haberles dado más peso a los vehículos y mostrar un control quizás más preciso, hubiera aumentado los puntos a favor del juego. Como curiosidad al iniciar el juego, se nos muestra el logo de PysX de Nvidia, el motor de físicas de la marca verde, y no creo que sea la mejor forma de presumir de motor…
https://www.youtube.com/watch?v=uShAdBdRsDA&feature=youtu.be
Otro salto calificativo en comparación con el anterior título es su apartado técnico, mejorado en todo, aunque no goza de lo que uno espera en esta generación, perfectamente podrá ser movida en la ya clásicas PS3 y X360. Aun así, goza de excelentes efectos de iluminación, una tasa de imágenes a 1080p@60fps en PC, PS4 y Xbox One, y un diseño de circuitos notable. Los vehículos muestran una física de daños, bastante logrado, lo “requerido” en este sub género. Un aspecto que puede molestar a algunos es el clásico efecto de nublar la vista lateral para dar sensación de velocidad, aunque no moleste al regular control, si impacta su exagerado efecto túnel.
MODOS DE JUEGO
Su modo de juego carrera, ofrecerá lo típico, carreras contra oponentes en diferentes circuitos y variantes, repartidos por campeonatos que iremos desbloqueando a medida que ganamos.
AL comienzo tendremos 10000 Cr para adquirir un vehículo, el cual, si lo vamos potenciado a medida que avancemos, nos durara casi todo el modo, porque adquirir vehículos al avanzar, se nos presentara de manera costosa para que luego tenga menos velocidad que nuestra vieja chatarra con la que comenzamos, un punto que rompe el equilibrio de la progresión y perdiendo la satisfacción de estar haciendo bien tu trabajo…
Para dar “vidilla” al título, la inclusión de variantes en el trazado, la manera de cargar nuestra barra de nitro dando golpes con los rivales o los elementos destructibles, dan profundidad, aunque volvemos a darnos de lleno con su motor de físicas (y van…) donde los golpes gozan de realismo tanto sonoro como visual, pero ese instante después de ello, veremos cómo nuestro coche parece ser un atrapamoscas, el cual todos los objetos, vehículos y demás se le da por pegarse a él…
El modo FlatOut, nos presenta 42 pruebas muy variadas, y es donde el máximo exponente de brutalidad se suelta, recordando a una película de Mad Max, donde cada prueba es más loco que la anterior, donde nuestro piloto parece no importarle romper sus huesos en golpes donde su motor de físicas en esta ocasión ayuda a potenciar la espectacularidad de los siniestros, quizás se ha diseñado dicho motor para este modo, no lo discuto, aunque haber dejado dos reglajes diferentes del motor nos hubiera encantado.
EL MODO QUE SALVA EL DESASTRE
Este modo no podía fallarme, el multijugador online, será el punto donde exprimiremos el jugo de este regular juego, hasta ocho jugadores nos podremos medir en carrera o en su bastante amplio modo de juegos, a un mes desde la salida del título, pocas han sido las partidas que hemos podido disfrutar (en PS4) donde encontrar partidas llenas es una tarea difícil. Aun así, la diversión está asegurada, donde las risas nuestras acompañaran sus melodías con ritmo, y muy “americanizadas”.
CONCLUSIÓN:
FlatOut 4: Tatal Insanity mejora en todo a la anterior entrega, acercándose a lo ofrecido por las primeras obras de BugBear Entertainment los cuales gozan como los mejores de esta franquicia que hasta la tercera entrega iba de más a menos, esta cuarta entrega freno el descenso de calidad, volviendo dar esperanzas a este arcade de destrucción, donde su motor de físicas arruina una experiencia que podría haber llegado al notable, gracias a sus modos de juego. Un gran paso adelante, aunque lejos del equilibrio necesario para ofrecer una experiencia de juego optima.